No cuesta nada hacer feliz
No cuesta nada hacer feliz a alguien. Muchas veces vamos por la calle pensando en nuestras cosas, mirando al suelo y tan agotados que no queda una neurona que sientas que se pueda seguir moviendo, ¿Que pasaría si en ese momento alguien te dijese algo agradable? No esperes a que ocurra, hazlo tu.
¡A ser majos se ha dicho!
Si quieres que esto pueda ocurrir, somos nosotros los que tenemos que empezar con ello. Mira si viene alguien detrás para sujetarle la puerta, da la gracias, elogia a una persona ¿Por qué? Por que si, porque no deberían existir razones por las que ser agradable, y aunque no lo creas, puedes alegrar un mal día alguien.
¿Te imaginas que todo el mundo fuese así?
SONRÍE
De verdad que cuando te pones a ello es más fácil de lo que crees. Ponte tu básica preferida, y ve por la calle como si de una película se tratase. La sonrisa como los bostezos es contagiosa. Los niños te sonreirán, los perros querrán que les acaricies e incluso algún adulto malhumorado podrá cambiar de actitud aunque sea solo un momento.
ELOGIA
A todos nos gusta un piropo de vez en cuando, incluso el bar de la esquina que hace la mejor tortilla ¡Seguro que no saben que lo piensas!
AYUDA
Ayuda a alguien que necesita que le abras la puerta, a alguien que no tenga paraguas cuando llueve (por cierto, debemos explotar la idea de compartir paraguas al menos en los pasos de cebra), o mueve la silla para que alguien pueda pasar.
y de verdad, que harás a alguien feliz, pero también te harás feliz a ti.